miércoles, 27 de abril de 2011

¿DONDE ESTAN LOS HOMBRES?

sábado, 23 de abril de 2011

EL PASTOR Y LA PREDICACION EXPOSITIVA

El pastor y la predicación expositiva from Julio Benitez on Vimeo.



La predicación expositiva asume una creencia en la autoridad de las Escrituras, aunque es algo más que esto. Un compromiso con la predicación expositiva es un compromiso a escuchar la Palabra de Dios. Aún a los profetas del Antiguo Testamento y a los apóstoles del Nuevo Testamento les fue dada no solo una simple comisión de ir y hablar sino un mensaje en particular, de tal forma que los predicadores cristianos el día de hoy tienen la autoridad de hablar de parte de Dios solamente si ellos están hablando Sus palabras. De tal manera que la autoridad del predicador expositivo comienza y termina con la Escritura. Algunas veces las personas pueden confundir predicación expositiva con el estilo de un predicador expositivo favorito, pero fundamentalmente no es cuestión de estilo. Como otros han observado, la predicación expositiva finalmente no se trata tanto de cómo decimos lo que decimos sino de cómo decidir lo que se va a hablar. No está marcado por un estilo en particular sino por un contenido Bíblico.

El Sometimiento a la Palabra de Dios y no al Conocimiento del Predicador

Alguien pudiera felizmente aceptar la autoridad de la Palabra de Dios y aún confesar su creencia en la inerrancia de la Biblia; sin embargo si esta persona en la práctica (con o sin intención alguna) no predica expositivamente, nunca predicará más de lo que ya conoce. Un predicador podría tomar un pasaje de la Escritura y exhortar a la congregación basado en un tema que es importante sin estar realmente predicando la idea central del pasaje. Cuando esto sucede el predicador y la congregación solo escuchan la Escritura que ellos ya conocían.

En contraste, cuando predicamos un pasaje de las Escrituras en su contexto de manera expositiva tomando la idea central del pasaje como el verdadero tema del mensaje, entonces escuchamos de Dios cosas que no pretendíamos oír cuando comenzamos. Desde la invitación inicial al arrepentimiento hasta el área de nuestras vidas donde más recientemente nos ha revelado el Espíritu Santo, nuestra salvación total consiste en escuchar a Dios en formas que jamás hubiéramos imaginado que escucharíamos de Él. Este sometimiento práctico a la Palabra de Dios deberá ser evidente en el ministerio de un predicador. Ahora bien, es necesario poner atención a lo siguiente: finalmente es responsabilidad de la congregación el asegurarse de que esto se cumpla. (Observe la responsabilidad que Jesús le brinda a la congregación en Mateo 18, o Pablo en II Timoteo 4). Una iglesia no debe delegar a una persona con una supervisión espiritual del rebaño, cuando en la práctica esa persona no muestra compromiso de escuchar ni de enseñar la Palabra de Dios. Al ocurrir esto, inevitablemente se está obstaculizando el crecimiento de la iglesia y desafiándola prácticamente a crecer tan solo al nivel del pastor. En tal caso, la iglesia lentamente será conformada a su mente en lugar de la mente de Dios.

Dios Siempre ha Creado a Su Pueblo por Medio de su Palabra

El pueblo de Dios ha sido siempre creado por la Palabra de Dios. Desde la creación en Génesis 1 hasta el llamado de Abraham en Génesis 12, desde la visión en el valle de los huesos secos en Ezequiel 37 hasta la venida de la Palabra Encarnada, Dios siempre ha creado a su pueblo por su Palabra. Así como Pablo escribió a los Romanos, “la fe viene como resultado de oír el mensaje y el mensaje que se oye es la Palabra de Cristo” (10:17). O como Pablo escribió a los Corintios, “Ya que Dios, en su sabio designio, dispuso que el mundo no lo conociera mediante la sabiduría humana, tuvo a bien salvar, mediante la locura de la predicación, a los que creen” (1Cor. 1:21).
La predicación expositiva sana es usualmente el manantial de crecimiento de una iglesia. En la experiencia de Martín Lutero, tal atención a la Palabra de Dios fue el comienzo de la reforma. De igual manera debemos estar comprometidos a ser iglesias que siempre estén siendo reformadas de acuerdo a la Palabra de Dios.

En una oportunidad, enseñando acerca del puritanismo en un seminario de un día de duración en Londres, mencionaba que los sermones puritanos tenían algunas veces dos horas de duración. Al hacer mención de esto, una persona exclamó audiblemente y luego preguntó, ¿Cuánto tiempo quedó para la adoración? Esto dio por entendido que el escuchar la Palabra de Dios no constituía parte de la adoración. Al respecto respondí que muchos cristianos Protestantes Ingleses debieran de considerar que el escuchar la Palabra de Dios en su propio idioma y responder a ella es la parte esencial de adoración en sus vidas. El que haya tiempo o no de cantar juntos debería ser comparativamente, de poca importancia.

La Centralidad de la Predicación de la Palabra de Dios

Nuestras iglesias deben de recuperar la centralidad en la Palabra de Dios para nuestra adoración. El escuchar la Palabra de Dios y responder a ella puede incluir alabanzas y acción de gracias, confesión y proclamación, pudiendo hacerse en forma de canto cualquiera de estas, aunque pudiera faltar cualquiera de ellas. Una iglesia fundamentada en la música, cualquiera que sea el estilo, es una iglesia que está sobre arenas movedizas. La Predicación es la base fundamental del pastorado. Ore por su pastor, de manera que él se comprometa al estudio riguroso, urgente y cuidadoso de las Escrituras, y que Dios lo guíe al entendimiento de la Palabra, en la aplicación a su propia vida, y en la aplicación de ella a la iglesia (Lucas 24:27; Hch. 6:4; Ef. 6:19-20). Si usted es un pastor, ore por estas cosas para su provecho. Ore asimismo por otros que enseñan y predican la Palabra de Dios. Finalmente, ore para que nuestras iglesias tengan el compromiso de escuchar la Palabra de Dios, predicada expositivamente, de forma tal que el calendario de predicaciones pueda ser fijado progresivamente por el calendario de Dios a través de las Escrituras. El compromiso de una predicación expositiva es una marca de una iglesia saludable.

PASTOR: SUGEL MICHELEN

EL PASTOR Y SU MENSAJE

El predicador y su mensaje from Julio Benitez on Vimeo.

lunes, 18 de abril de 2011

CRISTO MURIO POR NOSOTROS



Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. … y están destituidos de la gloria de Dios.” – Romanos 5:12; 3:23



Oración: Dios Padre, bendita sea Tu Gloria. Te pido que obres en mí para que pueda ver la Cruz del Calvario y mi gran necesidad de Cristo.

¿Por qué murió Cristo en la cruz?
Si hacemos esta pregunta en muchos lugares, seguramente que vamos a escuchar la respuesta correcta que Cristo murió por mí, que Cristo murió por ti. Pero, ¿por qué Cristo murió por nosotros? Tantas veces declaramos esto y hasta ligeramente, sin reverencia, y muchas veces sin darnos cuenta de lo que estamos diciendo. Cada vez que hablemos el nombre de Cristo debemos hacerlo con reverencia. Y cada vez que hablamos de Su cruz, debemos hacerlo con gratitud y deuda.

El Apóstol Pablo nos dice que Cristo murió por nuestros pecados:

“Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: QUE CRISTO MURIÓ POR NUESTROS PECADOS, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras”. - I Corintios 15:3-4

Que el Hijo de Dios murió por nosotros es algo que no se puede explicar a plenitud. Ningún predicador en ningún idioma puede explicar ni entender lo que esto significa en su profundidad.

Y vamos a ver este estudio y es mi oración que Dios nos de sabiduría y entendimiento porque no hay nada más importante que el tema de la cruz del calvario.

Primeramente, ¿por qué murió Cristo en la cruz? Acabamos de leer que Cristo murió por nuestros pecados, pero el problema del hombre es que no conoce su condición caída de pecado.

El problema más grande en el día de hoy es que el hombre no se cree pecador, y si acaso reconoce que es pecador, lo hace no convencido de la magnitud y dimensión de su maldad.

Aún los que profesamos seguir a Jesús, los creyentes, no nos damos cuenta cuan pecadores somos.
Así que es muy necesario que veamos lo que las Escrituras dice con respecto a nosotros.



¿Qué dice la Biblia acerca de ti?

-Primero, TODOS tus pensamientos son malos
“Y vio Jehová que LA MALDAD DE LOS HOMBRES ERA MUCHA EN LA TIERRA, y que TODO DESIGNIO [concepción, imaginación, formación] DE LOS PENSAMIENTOS DEL CORAZÓN DE ELLOS ERA DE CONTINUO SOLAMENTE EL MAL.” - Génesis 6:5

Dios dice en Su Palabra que todos nuestros pensamientos son pecaminosos, que son de continuo al mal. Pero alguno dirá: ¿Pero no es cierto que todos mis pensamientos son malos?
Tienes que entender que Dios no es como el hombre. Comparados con Hitler, todos somos buena gente, pero comparados con Dios, todos somos peores que Hitler. Tenemos que entender que Hitler no fue la excepción sino la norma humana. Él fue la demostración y capacidad de lo que todo hombre puede llegar a ser si no se le restringe. Sin las restricciones debidas ya se hubieran levantados muchos iguales o peores que Hitler.

Pero tú dirás: “Pero todos mis pensamientos no son tan malos. Yo tengo pensamientos buenos muchas veces.”
Si pudiéramos sacar todos tus pensamientos y pasarlos en una vista panorámica, no sólo tus hechos y palabras, sino todo lo que has pensado, tú no volverías a este lugar debido a la vergüenza. Ni te asomarías delante de tu propia familia nunca más.
Tú tendrías tanta vergüenza que te esconderías. Tú has pensado cosas muy horribles y el Dios santo las conoce todas. Ni siquiera puedes compartir tus pensamientos horribles con tus mejores amigos. Y la Biblia dice que Dios sabe todo lo que has pensado, y no sólo lo que has pensado sino también todo lo que has hecho y todo lo que has dicho. Tus palabras están llenas de pecado. Tus obras están llenas de maldad. Tus pensamientos son vergonzosos. Tantas maldades han pasado por tu corazón y Dios lo ha visto todo.

David se describe a sí mismo, “Porque yo reconozco mis rebeliones, Y MI PECADO ESTÁ SIEMPRE DELANTE DE MÍ” (Salmo 51:3).



-Segundo, Tú nacisteis en Pecado: El hombre es malo desde su niñez
“…. PORQUE EL INTENTO DEL CORAZÓN DEL HOMBRE ES MALO DESDE SU JUVENTUD [desde su niñez]….” - Génesis 8:21

Lo que tenemos que entender es que el hombre no nace neutral moralmente. El hombre nace en pecado, inclinado por naturaleza a la maldad. ¿Tienes que enseñar a un niño como mentir? ¿Tienes que enseñar a un niño la sensualidad? Levante la mano el padre que tuvo que enseñar a su hijo a ser egoísta. ¿Tienes que enseñar a un niño como manipular a sus padres? ¿Cómo gritar? ¿Cómo ser egoísta? ¿Cómo pelear? ¿Cómo pretender? Lo que la Biblia dice acerca de nosotros tristemente es verdad. Somos hombres, mujeres, jóvenes y niños caídos, y nuestra maldad comienza desde la misma gestación.

David se describe a sí mismo, “HE AQUÍ, EN MALDAD HE SIDO FORMADO, Y EN PECADO ME CONCIBIÓ MI MADRE” (Salmo 51:5).

Somos hijos de Adán, torcidos, pervertidos, llenos del pecado. Somos constituidos pecadores, es decir, nuestra maldad está dentro de nuestras propias fibras.

“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, ASÍ LA MUERTE PASÓ A TODOS LOS HOMBRES [todos estábamos en Adán], POR CUANTO TODOS PECARON. …Porque así como POR LA DESOBEDIENCIA DE UN HOMBRE LOS MUCHOS FUERON CONSTITUIDOS PECADORES, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.” - Romanos 5:12, 19



-Tercero, Nuestras Justicias son como trapo de inmundicia
“Si bien TODOS NOSOTROS SOMOS COMO SUCIEDAD, Y TODAS NUESTRAS JUSTICIAS COMO TRAPO DE INMUNDICIA; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.” - Isaías 64:6

No tan sólo que nuestros pensamientos son de continuo al mal, y que fuimos formados en pecado desde el vientre, sino que lo mejor de nuestra rectitud comparado a la santidad de Dios, es abominable. Todos nosotros somos como suciedad. Todos somos inmundos. ¿De qué está hablando? Permítanme darle una ilustración.

En una ocasión trabaje en un hospital como Técnico Biomédico y estuve trabajando en varios pabellones como cuidado intensivo, la zona pediatra, o emergencia. Pero me tocó trabajar también en un pabellón muy particular, no abierto al público. Era el lugar de las enfermedades contagiosas, extrañas y muchas sin diagnostico. Y allí conocí varios pacientes de lepra.

¿Has estado alguna vez con un leproso? La lepra es una enfermedad muy horrible. La carne se pudre y se llena de materia supurando hasta el punto que se cae del cuerpo. La persona se deforma, y la piel se tuerce, llenándose de hinchazones. El olor es muy fétido, fuerte e insoportable. Si yo tuviese acá a un leproso, ninguno lo podría soportar. Es algo muy horrible. Su parecer sería muy horrible. Sangre y materia estarían brotando de la carne podrida. Una persona tan fea que ni puedes mirarlo, ni puedes acercarte, ni puedes olerlo.

Y la Biblia dice que nosotros ante Dios somos moralmente así. El día de hoy la gente se ríe del pecado. Nos mofamos y no nos molesta. Somos el producto de una sociedad y cultura insensible al pecado. Nos gusta el pecado. En la televisión, en la radio, en el Internet, nos gusta el pecado. Entretiene a nuestros ojos. Pero para Dios es la cosa más enferma, más sucia, más pervertida. En realidad, el pecado para Dios es una lepra.

La Biblia dice que nosotros somos como un leproso. Vamos a decir que vamos a tratar de mejorar la apariencia y presentación del leproso. Así que vamos a la tienda y compramos el vestido más elegante con el diseño más exquisito con la tela más fina. Y cubrimos a esa persona de tal manera que nada de lepra se note, hasta con una mascara. Y de alguna manera escondemos su olor también. Ahora tenemos a una persona elegante. Ahora se ve muy bonito. Pero es cuestión de tiempo para que aquella condición de lepra salga, saturando a toda aquella apariencia. La misma corrupción de su cuerpo también va a corromper al vestido. Y aquella tela tan bonita llega a ser tan horrible como aquel leproso, a tal grado que nadie se atrevería a usar aquella ropa.

Por esta causa nosotros no podemos hacer nada para salvarnos de nuestra condición no importando cuanto nos disfracemos de doctor, abogado, prosperidad, educación o talentos, siempre nuestra inmundicia va a salir.

Hay que entender que nuestras obras y logros son valiosas ante nuestros ojos pero ante Dios son como trapo de inmundicia. Nuestras mejores obras están contaminadas con la corrupción de nuestro corazón. No hay ninguna cosa que puedas hacer para presentarte ante Dios y seas aceptado.

Si cristo murió por nuestros pecados tenemos que entender qué es el pecado. Y en nuestra cultura que glorifica al pecado, es casi imposible entenderlo. Nadie toma en serio el pecado, ni los pastores, ni los predicadores. No predicamos contra el pecado porque no queremos ser ofensivos. Hablamos muy bonito pero el mundo está marchando hacía el mismo infierno. Porque no estamos demostrando a través de las Escrituras que el pecado es más que una enfermedad. Es algo grotesco, es algo horrible y Dios no lo puede soportar jamás. Lo que nos hace reír y entretener, Dios lo aborrece.

Existe la presunta idea de que nosotros estamos mejorándonos con el tiempo, que estamos progresando en nuestra moralidad. Yo no lo creo. Más bien nos estamos empeorando. Es muy cierto que en muchos aspectos el hombre es mejor, externamente mejor, me refiero, pero el corazón adentro sigue siendo el mismo. El corazón humano hoy es tan igual al corazón humano de hace mil años atrás. La esencia de egoísmo y vanidad de tu corazón es el mismo que el de nuestros antepasados. Tenemos dentro de nuestro corazón latente la misma oposición contra la verdad de Dios que operó en Adán. Y encontramos hoy en día el mismo corazón despreciador del Evangelio que aquellos que lo escucharon de los labios de Jesús.



-Cuarto, Tú no eres justo
“¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que TODOS ESTÁN BAJO PECADO. Como está escrito: NO HAY JUSTO, NI AUN UNO; No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. TODOS SE DESVIARON, a una se hicieron inútiles; NO HAY QUIEN HAGA LO BUENO, NO HAY NI SIQUIERA UNO. Sepulcro abierto es su garganta; Con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; Su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre; Quebranto y desventura hay en sus caminos; Y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos.” – Romanos 3:9-18

Nadie aquí es justo. Ningún hombre desde Adán hasta ahora ha sido justo. ¿Qué significa ser justo? La palabra en hebreo significa ser derecho. Tengo aquí un palo recto al cual lo estoy sosteniendo hacia una dirección, y tengo otro palo también recto que va en la misma dirección; por lo tanto, se dice que el segundo palo es justo respecto al primero. Pero si el segundo palo aunque sea recto va en otra dirección entonces ya deja de ser justo respecto al primero. Así que justo según Dios es todo aquello recto que toma la misma dirección de Dios. Así que para ser justo no sólo tiene que ser recto sino que necesita apuntar hacía la misma dirección. De tal manera que si está torcido deja de ser justo o si apunta hacía una dirección contraria, también deja de ser justo.

Para Dios, para que algo sea considerado justo no sólo tiene que conformarse a Sus leyes y normas rectas, sino que requiere que apunta a la gloria de Su Hijo Jesús. Muchos predicadores predican la verdad de Dios la cual es pura y recta pero en dirección opuesta no para la gloria de Jesucristo, sino para sus propias glorias y nombres.

Justo según Dios es todo aquello recto que toma la misma dirección de Dios.

Otra vez, todo lo que es de Dios es recto y apunta hacía una sola dirección: Hacia Su Hijo amado. Todo fue creado para que el Hijo lleve toda alabanza y gloria. El Padre dio al Hijo toda PREEMINENCIA. Si tu vida no va en dirección de Cristo, aunque leas la Biblia, no eres justo. Si no te conformas al primer “palo” no eres justo. Estas haciendo cortejo lo cual es Bíblico y es la voluntad de Dios, pero si no apunta para la gloria del Hijo, no es justo. Te vas a casar, es Bíblico, pero si no apunta para traer gloria al Hijo no es justo. Si cocinas, y aunque uses todos los mejores principios rectos de salud, si no apunta para la gloria de Jesús, entonces tu cocina no es justa.

Si no nos conformamos a la norma de Dios y nos desviamos tan sólo un poquito, ya no somos justos. Nosotros no somos justos porque no nos conformamos a la naturaleza y voluntad de Dios en la persona de Jesucristo. Así que, ¿qué es salvación? Salvación es el poder solo de Dios para conformarnos al molde de Jesucristo.

Nos hemos extraviados en todo lo que Dios ha mandado. No has violado tan sólo una ley sino que tú has violado todo y para siempre lo has hecho. Ni una vez has hecho el bien ante Dios. Porque si hiciste algún bien pero no apuntaba para dar gloria a Jesucristo, entonces no es bien. Si el bien que hicisteis apuntaba para tu propia gloria, entonces ya no es justo.

¿Conoces la diferencia entre santo y justo?
Ya definimos lo que es justo, que es todo aquello que se conforma a los principios y las leyes rectas y absolutas de Dios y que debe apuntar para la gloria de Dios mismo. Ahora bien, ¿qué es ser santo? La palabra santo viene de la palabra cortar algo para apartarlo. De este modo, cuando decimos que Dios es santo, ¿qué estamos diciendo? Que Él es apartado, único, sin igual, que no hay otro como Él. No hay en todo el universo otro ser como Dios, por lo tanto Él es el único SANTO. Y Él es tan único, que los ángeles declaran tres veces: Santo, Santo, Santo.

Cuando Jesucristo nos enseño a orar al Padre, Él declaró ese atributo sobre todo otro: Padre Santo que estas en los Cielos, Santificado sea tu nombre. En verdad Jesús nos estaba diciendo que nuestro Padre es único más allá de nuestra imaginación. Es más, en el escrito original, Jesús no declaró al Padre como santo por descripción sino como nombre. Dios es tan Santo en su carácter y pensar, que se convierte en Su nombre personal. Así que si alguien te pregunta cual es el nombre de tu Dios, tú le puedes responder con tanta reverencia y admiración que Su nombre es SANTO.

Ahora bien, Dios no es tan sólo infinitamente único, sino que Él es “CORTADO”. Es decir, que en nuestro Dios no hay absoluta tiniebla, ni maldad. Él es todo perfecto y en balance. Él es tan apartado que odia todo aquello que tú amas del pecado y aborrece todo aquello en que tú te entretienes en la maldad.

Así que para que yo sea santo, tengo que comenzar por el umbral de apartarme del pecado y continuar por el apartarme para Dios. De acuerdo a esto, ¿eres tu santo? ¿Eres tu justo? No, tú eres pecador y necesitas un Salvador.



-Quinto, Tú no entiendes. Tienes una mente reprobada.
"NO HAY QUIEN ENTIENDA. No hay quien busque a Dios.” - Romanos 3:11

Ser entendido es buscar a Dios. Todo conocimiento y descubrimiento que logremos debería apuntar a la persona de Dios. Por ello en las Santas Escrituras el entender y el buscar a Dios van juntos de la mano. El entendido según las Escrituras es aquel que halla a Dios.

Pero notemos en el campo de la ciencia, cada hallazgo o descubrimiento no acerca al hombre a comprender el carácter de Dios, sino que más bien lo aleja. Se adjudica todo a la evolución. Creyéndose sabios se han hecho necios. En el campo de la filosofía y psicología encontramos todo tipo de eruditos y expertos pero muy pocos dan el valor y el sentido de la vida a Dios. Éxito se define en hallar bienes y grandes logros en lugar de el de conocer a Dios. Para Dios una persona exitosa es aquella que le conoce, pero para el hombre sin entendimiento una persona exitosa es aquella que es reconocida por supuestos logros. Vemos como en el campo de la medicina, los expertos ignoran las leyes de Dios respecto a nuestro cuerpo. Los hombres son sabios para encontrar verdades de la ciencia, física y química pero cuando lo haya no lo sabe aplicar a la vida ni respecto a Dios. En lugar de dar gloria y reconocimiento a Dios el hombre se hace necio. Cuan necios nos hemos hecho y todo por causa del pecado.

“Porque lo que DE DIOS SE CONOCE LES ES MANIFIESTO, PUES DIOS SE LO MANIFESTÓ. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, SE HACEN CLARAMENTE VISIBLES DESDE LA CREACIÓN DEL MUNDO, SIENDO ENTENDIDAS POR MEDIO DE LAS COSAS HECHAS, DE MODO QUE NO TIENEN EXCUSA. PUES HABIENDO CONOCIDO A DIOS, NO LE GLORIFICARON COMO A DIOS, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. 2 Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que CAMBIARON LA VERDAD DE DIOS POR LA MENTIRA, HONRANDO Y DANDO CULTO A LAS CRIATURAS ANTES QUE AL CREADOR, el cual es bendito por los siglos. Amén.” - Romanos 1:19-25

Muchos hombres se dicen y se proclaman ser ateos. Pero según la Biblia no hay ateos. Más bien son mentirosos pero ateos, no. La Biblia afirma que TODO hombre entiende el juicio de Dios, por lo tanto si entienden el juicio de Dios, no pueden ser ateos. Más bien como mentirosos, niegan que Dios exista para engañar sus conciencias del juicio que les espera.

“Y COMO ELLOS NO APROBARON TENER EN CUENTA A DIOS, Dios los entregó a UNA MENTE REPROBADA, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes HABIENDO ENTENDIDO EL JUICIO DE DIOS, QUE LOS QUE PRACTICAN TALES COSAS SON DIGNOS DE MUERTE, NO SÓLO LAS HACEN, SINO QUE TAMBIÉN SE COMPLACEN CON LOS QUE LAS PRACTICAN.” - Romanos 1:28-32

Tú no quieres reconocer que hay un Dios y que toda verdad y conocimiento apunta hacía Él porque no quieres entregar tu voluntad. En el momento que reconozcas al Dios de la Biblia en ese momento sabes en tu corazón y en tu conciencia que tienes que quebrantar tu voluntad y declararlo Señor de tu vida.

En una ocasión el predicador David Barton nos mostró unos libros de lógica de hace 200 años atrás. Y me costaba trabajo entenderlo. Me mostró los libros de algebra, trigonometría, ciencias entre otros y yo pensaba que era a nivel universitario, pero aquellos libros era el material para niños de octavo grado de hace 200 años. Nosotros no somos inteligentes. Comparados con los campesinos de hace 200 años, no somos entendidos. Hay seminaristas hoy en día que ni han leído la Biblia ni tan sólo una vez y somos cristianos porque cantamos canciones y nos ponemos camisetas con cliché cristianos.

Tan sólo en el estado de New York van a cerrar 15 escuelas en esta semana [2-8-09] por su rendimiento académico. Estas escuelas fueron evaluadas y sacaron D. Una cosa es que un estudiante saque D y otra que la escuela misma saque D. Si la escuela sacó D, entonces, ¿cuánto sacaron los estudiantes? Cada vez nos estamos haciendo más necios.

No entienden; no tienen luz. No comprenden la magnitud de su maldad.
Jesús le dice a Nicodemo que él no entendía. ¿Cómo Nicodemo siendo un sacerdote Fariseo no podía entender? A causa del pecado no podemos entender las cosas de Dios.

¿Entiendes que nacisteis enemigo de Dios? Toda tu vida aborrecisteis a Dios. Pero alguno me dirá: “Toda mi vida yo ame a Dios.” No, tu amastes al dios que creastes a tu acomodo. Al Dios verdadero de la Biblia, no amastes de otra forma te hubieses conformado a la norma de Jesús.

Hay personas que dicen que ellos están buscando a Dios. Eso no es cierto. Entiende por favor que es Dios quien te está buscándote a ti. Que si Dios no te buscará, tú jamás procurarías buscar a Dios. Si es que hoy estas buscando a Dios, es porque Dios mismo ha puesto eso en tu corazón. No te jactes, es Dios quien busca al hombre. En su estado de pecado y muerte espiritual, ¿cómo puede el muerto buscar al vivo? La mayoría de las personas no entienden que el hombre nace enemigo de Dios, que no busca a Dios. El hombre busca a Dios como un criminal busca a un policía.

Nosotros no buscamos a Dios porque somos pecadores. Odiamos a Dios y la ira de Dios está sobre nosotros.

-Sexto, Tú eres inútil.
“Todos se desviaron, a UNA SE HICIERON INÚTILES; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.” – Romanos 3:12

Una de las características de las personas pecadoras es que son inútiles para el Señor. Nosotros no creemos muy valiosos y muy útiles a causa de nuestros logros, estudios y alcances pero lo que tenemos que entender que para las cosas de Dios somos totalmente inútiles. Aparte de la gracia de Dios, el hombre ni siquiera podría percibir las cosas espirituales de Dios. El pecado nos arruinó y en la economía de Dios estamos totalmente en bancarrota.

¿Puedes cambiar tu corazón? ¿Puedes limpiarte del egoísmo y la mezquindad? ¿Puedes libarte de tus temores? ¿Puedes hacer que tus hijos amen a Dios con todas sus fuerzas? ¿Puedes guardar tu matrimonio de impurezas e infidelidad? Oh, cuan inútiles somos. Ciertamente el pecado nos arruinó.

-Séptimo, Tú no haces lo bueno.
“Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; NO HAY QUIEN HAGA LO BUENO, no hay ni siquiera uno.” - Romanos 3:12

Hay muchas personas que piensan que Dios tiene una balanza allá en cielo pesando la cantidad de las buenas obras contra las malas obras. Si tienen mayor número de obras buenas que malas, entonces están bien. Pero para Dios, con tan sólo una sólo obra mala, todo nuestro historial se ha dañado. Además que tenemos que entender que no tenemos buenas obras. La Biblia dice que ninguno hace lo bueno.

Una persona puede reconocer que es pecador pero que no peca mucho. Déjame preguntarte: ¿Cuántos pecados cometió Adán para ser echado de la presencia de Dios? Un solo pecado. Bastó un solo pecado para ser echado del Huerto del Edén. Y por un solo pecado todo el Universo fue trastornado. ¿Cuántas veces tienes que pecar para que te consideres pecador? Tú has pecado tantas veces que ni siquiera puedes contar. Has mentido tantas veces pero aún así no te consideras mentiroso. Has blasfemado el Santo nombre de Dios tantas veces en películas y chistes pero no te consideras blasfemo. Has deshonrado sin número a tus padres y a las autoridades, pero no te sientes condenado. Has codiciado la mujer de tu prójimo participado en cuanta película obscena, pero no te ves fornicario. ¿Acaso no sabe que Dios considera el odio como asesinato? ¿Acoso ignoras que Dios juzga la lujuria como adulterio?

Otra persona me puede decir con gran sentimiento: “Mi hijo es muy bueno”. Oh, no sabes que si respiras es por la gracia de Dios. Que si levantas un brazo es por la gracia de Dios, y que si amas a tu hijo es por la gracia de Dios. Si Dios quitara Su gracia de tu corazón, tu cantarías alabanzas para que tu hijo fuese enviado al infierno. No tu hijo no es bueno; no hay ni siquiera un justo. Y todos necesitamos del perdón de Dios.

-Octavo, Tú no tienes temor de Dios.
“ NO HAY TEMOR DE DIOS DELANTE DE SUS OJOS.” - Romanos 3:18

Nuestros ojos están llenos de pecados y viciados de maldad. Estamos tan acostumbrados a ver lo malo y a entretenernos con lo malo. Nuestros ojos no se apartan de ver lo malo porque no hay temor ni conciencia de Dios en nuestros corazones. ¿Sabes cuando realmente conoces a Dios? Cuando estas a solas sin que nadie te acuse y aún así apartas tus ojos para no ver lo malo porque sabes que ofendería la persona santa de Dios. ¿Te apartas de reuniones, chistes y eventos obscenos? ¿Eres esclavo de un espíritu sensual en tu ropa? ¿Toleras en tu casa aquel que es maldiciente?

“Los pecadores se asombraron en Sion, espanto sobrecogió a los hipócritas. ¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas? El que camina en justicia y habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias; EL QUE CIERRA SUS OJOS PARA NO VER COSA MALA; ESTE HABITARÁ EN LAS ALTURAS; fortaleza de rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan, y sus aguas serán seguras. Tus ojos verán al Rey en su hermosura; verán la tierra que está lejos.” – Isaías 33:14-17

La mayoría de personas piensan que Dios y ellos son compadres y panas. No es cierto; Dios es Dios y tú no lo eres. Las personas no temen a Dios, al Dios que creo al universo y que un día lo va a juzgar. Aún los cristianos juegan con Dios y juegan con sus mandamientos.

¿Cuántas personas me pueden recitar los mandamientos de Dios? No pueden porque el día de hoy el mensaje es cree en Jesucristo y vamos a vivir como queremos. Son los que HACEN la voluntad de Dios los que entran en el Reino de Dios. NO te engañes, si no tienes temor de Dios delante de tus ojos, lo más probable que aún no hayas experimentado el verdadero perdón de tus pecados y el maravilloso milagro de la REGENERACIÓN.



-Noveno, Tú estas bajo el juicio de Dios
“Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y TODO EL MUNDO QUEDE BAJO EL JUICIO DE DIOS.” – Romanos 3:19

Otra versión de la Biblia dice: Todos somos responsables ante Dios. Yo oro que el Espíritu Santo te ilumine para ver la sentencia de ira que reposa sobre tu cabeza y así tu boca se cierre ante Dios y experimentes Su indignación y experimentes tu condición depravada. Entonces puedas correr a la salvación.
Toda persona tanto moral o inmoral, cabal o depravada, está bajo la ley de Dios y está bajo condenación. Y esa persona nunca jamás entenderá su necesidad de Cristo hasta que primero no entienda su condición de pecado. Oh, que el Espíritu Santo tenga para bien mostrarnos nuestra condición de estar bajo la Ley y el juicio de Dios.

Hace poco vi a un hombre desesperado porque por unas malas inversiones perdió una gran cantidad del dinero ajeno y le esperaba una gran sentencia. Oh que entendiéramos con desesperación que estamos bajo el juicio de Dios. Estamos condenados y la sentencia es eterna.

La mayoría de las personas buscan a Dios, buscando al pastor, debido a un problema que les apremia, ya sea la esposa está muy enferma o el desempleo les aqueja, etc. Pero no entienden la sentencia de eterna condenación que reposa sobre ellos. Ese es el verdadero problema. No entiendes el peligro en que estas, que vas a morir y que vas a ir al infierno, y que Dios viene con ira contra el pecado y el pecador.

Tenemos que ser honestos y tengo que decirte en amor pero decirte que por causa del pecado la ira de Dios viene y que Dios hizo provisión de salvación para ti, pero que tú has escogido desechar a Su hijo y seguir amando al pecado. El Gran Juicio de Dios viene si no te arrepientes y crees en la única esperanza la cual es Jesucristo.

Dios no tan sólo odia al pecado sino al pecador también.
¿Has escuchado alguna vez decir: “Dios odia al pecado pero ama al pecador”?
Ahora les voy a enseñar algo que raras veces se escucha en las iglesias. Hace 75 años atrás se escuchaba siempre pero en el día de hoy, casi nunca se escucha. ¿Has escuchado alguna vez decir: “Dios odia al pecado pero ama al pecador”? Suena bonito pero no es lo que enseña la Palabra de Dios. Es una herejía. Suena bonito para ponerlo en una camiseta, pero es algo torcido. Veamos lo que dice la Palabra de Dios al respecto:

“Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad; EL MALO NO HABITARÁ JUNTO A TI. LOS INSENSATOS NO ESTARÁN DELANTE DE TUS OJOS; ABORRECES A TODOS LOS QUE HACEN INIQUIDAD. [No dice que Dios odia la iniquidad sino al que hace la iniquidad.] DESTRUIRÁS A LOS QUE HABLAN MENTIRA; AL HOMBRE SANGUINARIO Y ENGAÑADOR ABOMINARÁ JEHOVÁ. Porque [Razón] en la boca de ellos no hay sinceridad; Sus entrañas son maldad, Sepulcro abierto es su garganta, Con su lengua hablan lisonjas. Castígalos, oh Dios; Caigan por sus mismos consejos; Por la multitud de sus transgresiones échalos fuera, Porque se rebelaron contra ti.” - Salmo 5:4-10

¿Leísteis bien? Dice que Dios aborrece al pecado y al pecador, y que el malo no habitará junto a Él. Oh, enseñamos tantas cosas falsas en el día de hoy en el nombre de no ser ofensivo.

Pero cualquiera puede aludir con Juan 3:16 Que Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo unigénito. Así que eso demuestra que Dios ama al pecador. Pero yo les digo que no necesariamente.

En Su santidad y en Su justicia, Dios tiene que odiar al pecado y al pecador, pero su amor es tan grande que Dios escoge amar a sus objetos de Su odio proveyéndoles un camino de salvación a través de Su Hijo Jesucristo. La ira de Dios viene sobre el pecador pero en Su amor Dios dio un camino donde el pecador puede ser salvo, pero si el pecador no acepta a Cristo, lo que le espera para siempre es el odio y el enojo de Jehová. Si rechazas a Cristo lo único que te espera es el odio de un Dios santo y justo.

Otra persona puede argumentar: “Dios es amor y por ello Él no puede odiar.” Pero yo te digo: Dios es amor y por ello Él tiene que odiar. Déjame ilustrarlo: Levante la mano las personas que aman a los niños. Y baje la mano la persona que ame y aprueba el aborto. ¿Cómo puedes amar a los niños y a la vez amar el aborto? Porque amas a los niños tú tienes que odiar aquello que hace daño a los niños. De la misma manera, Dios esa justo, santo y recto y odia al pecado y al corazón pecador. Si Dios ama a todo lo que es santo y justo, Él tiene que aborrecer a todo lo que contradice Su naturaleza y Su bondad.

Lo que muchos no quieren comprender es que la ira de Dios está contra todo aquel que ama la maldad y contradice la naturaleza santa de Dios. La palabra ira en hebreo viene de una palabra con la imagen de un toro que abre las narices exhalando humo. Todo aquel que conoce a un toro que abre sus narices y hecha humo sabe muy bien que no esta fumando sino que esta airado. Cuando un toro está así es la señal de correr. Bueno la nariz de Dios está abierta con el pecador y esta echando humo.

La Ira de Dios contra el malo
“DIOS ES JUEZ JUSTO, Y DIOS ESTÁ AIRADO CONTRA EL IMPÍO TODOS LOS DÍAS. SI NO SE ARREPIENTE, ÉL AFILARÁ SU ESPADA; ARMADO TIENE YA SU ARCO, Y LO HA PREPARADO. Asimismo ha preparado armas de muerte, Y ha labrado saetas ardientes.” – Salmo 7:11-13

“¿Hasta cuándo, oh Jehová? ¿Estarás airado para siempre? ¿Arderá como fuego tu celo? DERRAMA TU IRA SOBRE LAS NACIONES QUE NO TE CONOCEN, Y SOBRE LOS REINOS QUE NO INVOCAN TU NOMBRE.” – Salmo 79:5-6



La ira de Dios vas a caer sobre todos los habitantes de la tierra y el único salvador, el único camino es Jesucristo. Y alguno me dirá: Pastor, ¿me estas tratando de asustar? Y te contesto: Claro que si. Deberías estar asustado.

Y alguno osaría contradecir: “Pero, Cristo no viene por lo menos dentro de 1,000 años.” Qué importa, tú lo vas a ver en menos de 100 años. Hay personas aquí que van a ver a Jesús dentro de 5 años, otros dentro de 10 y otros dentro de 20 años. ¿Estas listo para ese encuentro? ¿Estas listo para que todos tus pensamientos, acciones y hechos sean abiertos y expuestos por el Dios santo y justo quien odia el pecado y al pecador? Tú que con tu vida contradices la naturaleza santa de Dios, estas listo para ese encuentro? En todos estos años, ¿has rechazado al único camino que Él ha provisto?

Ahora les voy a enseñar algo que es la verdad más importante en toda la Biblia.
¿Por qué tuvo que morir Cristo?

Si Dios es justo, Él no te puede perdonar. Y si Dios te perdona, Él no es justo. Es el problema de toda la Escritura: ¿Cómo puede Dios ser justo y a la vez perdonar al pecador?

Permíteme darte una ilustración. Supongamos que vayas a tu casa y encuentras a toda tu familia asesinada en el piso. Y al entrar a una recamara te das cuenta que el asesino está tratando de escapar por la ventana. Entonces como un rayo, te apresuras y lo persigues capturándolo. Aquel malvado está lleno de la sangre de tu familia, y toda tu ropa y manos también se llena de la sangre de tus seres queridos. Luego lo llevas a la policía donde es arrestado. Y comienza el juicio contra el asesino de tu familia, contra aquel que violó y mató a tus seres queridos. Después de un largo proceso, el juez en su gran túnica negra se levanta y dice: “Toda prueba es indubitable, ciertamente usted es culpable. Usted es un hombre infame, pero yo soy un hombre lleno de amor y bondad; por lo tanto yo no le puedo condenar sino que mi amor me obliga a perdonarlo. Como prueba de mi amor, usted queda libre, absuelto de todo cargo y además lo declaro inocente.” Y de esa manera, aquel asesino queda libre y constituido inocente como si nunca hubiese cometido aquella depravación. ¿Cómo te sentirías? Yo te diré como te sentirías y como reaccionarías: Tú vas a gritar, “No es Justo”. Definitivamente aquel es un juez injusto. Allí vez aquel hombre caminar totalmente libre. Levantas fondos y buscas los medios de comunicación y haces cuantas cosas para que se te haga justicia. La gente se entera y te apoya y salen a las marchas contra aquel juez injusto. ¿Por qué es injusto? Porque él perdonó a aquel asesino quien debía morir. Una de las quejas de nuestros países latinos es que los jueces no hacen justicia. ¿Por qué? Porque los culpables salen libres. Entonces, ¿cómo puede Dios perdonarte a ti? Si Dios te perdona, Él quedaría como ese juez injusto.

La acusación de Satanás es que si Dios perdona al hombre sería injusto. Dios no perdonó a Satanás cuando se rebeló en el cielo. Dios no perdonó a los ángeles que se constituyeron demonios al contaminarse con Satanás. Dios fue justo al juzgarlos y la sentencia fue severa e infinita ya que la ofensa fue contra un Dios infinitamente único e infinitamente glorioso. Satanás diría: “¿Cómo Dios siendo santo y justo puede tener comunión con Abraham y llamarlo Su amigo? ¿Acaso cambió Dios? ¿Dejasteis de ser justo?” O Satanás diría, “¿Cómo Dios puede llamar a Israel Su pueblo escogido? ¿Acaso acepta Dios la idolatría de ese pueblo? ¿Acaso cambió Dios? ¿Dejasteis de ser justo?” O Satanás diría, “¿Cómo puede Dios llamar a David su hijo cuando este asesinó y adulteró? ¿Acaso cambió Dios? ¿Dejasteis de ser justo?”

La Biblia dice que el Justifica al Impío es una Abominación delante de Jehová
“EL QUE JUSTIFICA AL IMPÍO, Y EL QUE CONDENA AL JUSTO, AMBOS SON IGUALMENTE ABOMINACIÓN A JEHOVÁ.” - Proverbios 27:15

Entonces, ¿cómo puede Dios perdonarte? Y todavía ser justo. Si Dios te perdona, Él no es justo y se hace a sí mismo abominación.

Los ángeles cuando cayeron, ¿Dios los perdonó? NO. ¿Envió Dios un salvador para los ángeles? NO. Dios no nos tiene que perdonar al hombre. Él no está obligado a perdonarnos. Ni tampoco Él no nos creó porque estaba sólo y aburrido. Él estaba completo y muy satisfecho con Su amado Hijo. Él no necesitaba nada.

¿Cómo puede Dios perdonar cuando la justicia de Dios demanda que mueras? Si Dios no te castiga, si no te condena, entonces, Él no es un Dios justo. La justicia demanda que todos nosotros seamos condenados al infierno. La Ley demanda nuestra muerte. Y la ofensa es contra un Dios Santo y Justo, es decir, de infinito valor, y la condena debe ser de acuerdo, es decir, eterna. Condenación eterna es la sentencia contra ti.

En el español muy antiguo se usaba una palabra del latín que no es muy común hoy en día: PROPICIO.

“En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros, y ENVIÓ A SU HIJO EN PROPICIACIÓN POR NUESTROS PECADOS… Y ÉL ES LA PROPICIACIÓN POR NUESTROS PECADOS; Y NO SOLAMENTE POR LOS NUESTROS, SINO TAMBIÉN POR LOS DE TODO EL MUNDO.” - I Juan 4:10; 2:2

Permíteme ilustrártelo: Supongamos que yo soy tu esclavo en los tiempos antiguos, y en tu ausencia, yo te robe y le falte el honor a tu familia, y la ley declara que todo esclavo que haga tal transgresión debería morir. Entonces tú me llevas a las autoridades para ejecutar justicia sobre mí. Allí delante de las autoridades y en la corte yo me postró a tus pies y te clamo con gran ardor: “Por favor, se propicio a mí; ten misericordia de mí.” ¿Te das cuenta lo que te estoy pidiendo? Te estoy pidiendo que no obedezcas a la ley. Te estoy pidiendo que tú seas injusto. Si la ley demanda que yo muera y tú no lo haces, entonces tú eres un criminal también.



Se propicio a mi pecador
En las escrituras hay una ilustración de Jesús para unas personas que no se veían tan malas. Veamos:
“A UNOS QUE CONFIABAN EN SÍ MISMOS COMO JUSTOS, Y MENOSPRECIABAN A LOS OTROS, dijo también esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, ORABA CONSIGO MISMO de esta manera: Dios, [yo] te doy gracias porque [yo] no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun [yo soy] como este publicano; [yo] ayuno dos veces a la semana, [yo] doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: DIOS, SÉ PROPICIO A MÍ, PECADOR. OS DIGO QUE ÉSTE DESCENDIÓ A SU CASA JUSTIFICADO ANTES QUE EL OTRO; PORQUE CUALQUIERA QUE SE ENALTECE, SERÁ HUMILLADO; Y EL QUE SE HUMILLA SERÁ ENALTECIDO.” - Lucas 18:9-14

¿Has leído bien? Es sorprendente que el Fariseo, quien era una persona respetada y de mucha dignidad, regresó a su casa condenado. ¿Por qué? Porque él se creía recto pero vemos bien que su gloria no apuntaba para Dios si no para sí mismo. Él se vanagloriaba. El Fariseo se presentó como justo en su vanagloria y aún condenando y juzgando a los demas. Su medida no era Dios sino la de los hombres. Era muy cierto que él era mejor que muchos hombres, pero su corazón era infinitamente egoísta y malo, y por ello regresó condenado a su casa.

Por otra parte, el publicano, una persona considera lo peor de Israel porque ayudaban a los romanos a cobrar los impuestos a sus propio hermanos, se humilló y se puso de acuerdo con Dios. ¿Cómo se describió el publicano a sí mismo? Como un PECADOR. Y pidió misericordia y por ello regresó a casa justificado.

¿Justificado? ¿Inocente? ¿Sin culpa y sin condenación tan sólo por decir, “Se propicio a mi pecador”? Todavía persiste el problema: ¿Cómo puede Dios ser propicio a un pecador? ¿Cómo puede Dios perdonar a un culpable?

El problema más grande en la Biblia es, ¿Cómo puede Dios perdonarte a ti, un transgresor de Su ley y santidad y todavía ser Dios un juez justo? La Justicia de Dios “ataba” el amor de Dios. Dios en Su eterno amor te quería perdonar tu pecado y darte una nueva naturaleza justa, pero Su infinita justicia demandaba ser saciada.

Pero Él lo hizo. ¿Sabes cómo? Dios bajó a la tierra en Su Hijo. El Hijo de Dios tomó la forma de un hombre. 100% Dios. 100% Hombre. Y vino a la tierra y aunque era Dios, vivió 100% como hombre, totalmente sujeto a sudor, cansancio, hambre, sueño, etc. Y sobretodo vivió 100% sujeto al Padre, en total obediencia y entrega. Vivió para glorificar al Padre. Él caminó en la tierra como hombre sujeto a todo lo que la Ley de Dios decía. Un hombre perfecto y santo. Un verdadero justo. Siempre conforme a la Ley de Dios y siempre apuntando para la gloria de Dios Padre.

Tú como pecador debías sufrir toda la ira de Dios y sobretodo deberías sufrir total y eterna separación de Dios. Más Él fue a la cruz y sufrió toda la ira de Dios en tu lugar. Dios sacio toda Su ira en Su Hijo Jesucristo.

Permíteme ilustrarlo una vez más. Supongamos que tu eres un hombre joven y este manejando tu carro deportivo nuevo. En tu necedad aceleras tu automóvil a tal grado que pierdes el control del vehiculo. Aquel bólido sale disparado y se choca contra una mansión muy hermosa. No tan solo las destruyes sino que toma fuego y se quemó hasta los establos. Por gracia ninguna persona fue herida, ni aún tu mismo, salvo por varias heridas leves.

Luego que eres arrestado, eres llevado a la corte. El dueño de aquella mansión con su eficaz abogado demanda total restitución con indemnización. Aquel pequeño pueblo se entera como pólvora de la situación y hay sólo un juez en toda la comarca, y ese juez de gran reputación de ser justo da la casualidad de ser tu propio padre. La prensa, todo aquel pueblo y los alrededores se aglomeraron y se preguntaban: ¿Qué va a hacer aquel juez justo? ¿Sería justo con su propio hijo como lo había sido en muchos otros casos a sería parcial? ¿Será que su amor nublaría la ley justa?

Finalmente las pruebas fueron presentadas y no había duda de la negligencia y culpabilidad del hijo de aquel hombre de estima. Aquel juez se levantó con gran dignidad, la cual imponía temor, toda la sala estaba en total silencio esperando las palabras de aquel padre, mientras que su propio hijo imploraba con la mirada misericordia. “¡Culpable! ¡Culpable! Sea quitada su licencia de conducir por tantos años y que pague en el monto de tantos millones de dólares los daños materiales.” La sentencia fue severa, total, firme. Luego aquel juez se quita la túnica de juez, se baja de su trono, y se acerca con unos documentos en sus manos hacia el dueño de la mansión y su abogado y les dice: “Aquí están todos mis bienes y propiedades. Todo lo que he trabajado por tantos años y aún el retiro de mi esposa y mió. Esto será más que suficiente para cubrir los daños. Siento mucho lo ocurrido.” Todos se quedan perplejos y aún más mudos que nunca. Luego aquel padre se acerca a su hijo y le dice, “Eres justificado”.

Dios Padre pagó en Su propio Hijo la sentencia. Su justicia, ira e indignación fue saciada totalmente en aquella brutal cruz. NO HAY MAYOR OBRA QUE ESTA. Alabado sea Dios. Por ello es que Dios puede ser propicio a todo aquel que se acerque quebrantado y humillado a la Cruz de Cristo buscando el Perdón. Dios le tapó la boca a Satanás y a todos porque Él mismo pagó Su propia justicia. Sí, Él puede ser amigo de Abraham, Él puede llamar a la Iglesia como Su propio pueblo, Él puede llamar a David como su hijo, porque Él pagó el precio de Su justicia. Ahora Él puede amar a todo pecador arrepentido que reciba Su único camino de salvación. Sí, Él puede recibirte y limpiarte, si es que vienes a la Cruz del Calvario

Ahora voy a enseñarles algo muy importante.

Muchos de los predicadores cuando hablan de la cruz no entienden esta verdad. Ellos hablan solamente de cómo Cristo sufrió por manos de los romanos y los judíos, de cómo los clavos atravesaron Sus muñecas y a Sus pies, de cómo la lanza atravesó a Su costado, y cómo la corona de espino rompió Su frente y Su cuero cabelludo.
Hermano si eres cristiano, si eres salvo, si has sido justificado, si has experimentado la regeneración, no es porque los judíos y los romanos hicieron eso.

Si es que eres cristiano hoy en día y si realmente has pasado de muerte a vida, no fue por lo que los hombres le hicieron, sino por lo que el Padre le hizo. El Padre lo sujetó a padecimiento. Él Padre lo aplastó. Toda Su ira cayó sobre Jesús. Los romanos y judíos no estaban allí como jueces sino como culpables y estaban manifestando que no querían a Dios ni su verdad.

Si te quedas en el sufrimiento físico solamente, has perdido el verdadero mensaje de la cruz. Y probablemente nunca has sido justificado de veras.

En la Cruz fue el Padre quien Quebrantó al Hijo
“3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
5 MAS ÉL HERIDO FUE POR NUESTRAS REBELIONES, MOLIDO POR NUESTROS PECADOS; EL CASTIGO DE NUESTRA PAZ FUE SOBRE ÉL, Y POR SU LLAGA FUIMOS NOSOTROS CURADOS.
6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
10 CON TODO ESO, JEHOVÁ QUISO QUEBRANTARLO, SUJETÁNDOLE A PADECIMIENTO. CUANDO HAYA PUESTO SU VIDA EN EXPIACIÓN POR EL PECADO, VERÁ LINAJE, VIVIRÁ POR LARGOS DÍAS, Y LA VOLUNTAD DE JEHOVÁ SERÁ EN SU MANO PROSPERADA.
11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.” - Isaías 53

Este pasaje profético es sumamente importante. Revisémoslo:

- El versículo tres dice que Jesús fue despreciado, desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. ¿Quién hizo todo esto? Pues aquellos romanos y judíos y en ellos estábamos nosotros representados.

- El versículo cuatro dice Jesús llevónuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; Es decir Él fue nuestro Substituto. Él tomó nuestro lugar. Pero también dice ese texto que los hombres cuando le crucificaban consideraban que todo aquello que le acontecía a Jesús era porque era culpable: Nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.

- El versículo cinco dice que Jesús fue herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Él fue nuestro substituto.

- Ahora bien, el versículo diez dice claramente que fue el Padre y no el hombre quien lo quebrantó. Fue Jehová quien lo quebrantó y lo sujetó a padecimiento. Jesús puso Su vida en expiación por el pecado pero fue el Padre como Juez Justo quien le mató.



Jesús murió bajo la furia de Su propio Padre. La justicia total del Padre tenía que cumplirse. Todo el juicio, todo el enojo y toda la ira de Dios contra el pecado y el pecador cayeron sobre Jesús.

Los romanos no mataron a Cristo. Los judíos no mataron a Cristo. La cruz no mató a Cristo. El Padre lo hizo. Esas personas fueron instrumentos de Su daño físico pero Dios Padre le impuso un quebranto infinito en Su alma y en Su espíritu. Nunca podremos comprender lo infinito del dolor de Jesús por mano del Padre. Para comprenderlo tendríamos que pasar en el infierno no diez años, ni cuarenta años sino toda una eternidad de dolor y aún así no comprenderíamos la magnitud de la indignación y ofensa del Dios Santo.

Veamos algo muy importante del quebrantamiento de Jesús en la Cruz
El pecado nos separa de Dios. No hay compañerismo entre Dios y el pecado.
“Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: ELÍ, ELÍ, ¿LAMA SABACTANI? ESTO ES: DIOS MÍO, DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS DESAMPARADO?” – Mateo 27:45-46

En la cruz, por causa de nuestros pecados, Cristo fue abandonado por el Padre. Jesús el Hijo de Dios quien siempre había vivido en un compañerismo perfecto con Su Padre, quien tenía perfecta unidad y perfecto amor con el Padre, ahora en la cruz, Su propio Padre se separó de Él. Las ventanas y la puerta del cielo fueron cerradas. Y Cristo fue dejado abandonado para morir de su propio Padre. Nosotros debíamos sufrir una separación eterna de Dios más Cristo la sufrió en nuestro lugar.

Tenemos que entender lo que estaba ocurriendo cuando Jesús grito: “ELÍ, ELÍ, ¿LAMA SABACTANI?” En los tiempos de Jesús las Escrituras no estaban divididas por números, en capítulos y versículos. Así que para llamar la atención a una porción un rabino tenía que decir la primera frase de esa porción.

Así que lo que Jesús está diciendo a la multitud es: “¿Quieren entender lo que está ocurriendo aqui? Vayan a la porción que comienza con esta frase: ELÍ, ELÍ, ¿LAMA SABACTANI?” Y esa porción es el Salmo 22. Veamos:

El Padre abandona a Su Hijo
“1 DIOS MÍO, DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS DESAMPARADO? ¿POR QUÉ ESTÁS TAN LEJOS DE MI SALVACIÓN, Y DE LAS PALABRAS DE MI CLAMOR?
2 Dios mío, clamo de día, y no respondes; Y de noche, y no hay para mí reposo.
3 PERO TÚ ERES SANTO, TÚ QUE HABITAS ENTRE LAS ALABANZAS DE ISRAEL.
4 En ti esperaron nuestros padres; Esperaron, y tú los libraste.
5 Clamaron a ti, y fueron librados; Confiaron en ti, y no fueron avergonzados.
6 MAS YO SOY GUSANO, Y NO HOMBRE; OPROBIO DE LOS HOMBRES, Y DESPRECIADO DEL PUEBLO.” - Salmo 22

Jesús está preguntando, ¿Por qué me has abandonado? Y este es el argumento de Jesús: A través de toda la historia de Israel, Dios jamás había abandonado a nadie que caminase en justicia. Dios jamás abandona al justo. Dios es fiel al justo, pero yo estoy aquí, Tu Hijo fiel y justo, colgado en una cruz y tu me abandonas, ¿por qué?
El versículo 3 nos da la respuesta: Tu eres Santo. Y lo comparo al versículo 6: Pero yo soy gusano. En la cruz, el precioso Hijo de Dios llegó a ser ese pecado corrompido, llegó a ser esa lepra horrible, y fue abandonado por Su propio Padre. El Dios Santo no tiene jamás compañerismo con el pecado.

Jesús tomó toda la copa de Dios
No solamente Dios es santo y no tiene compañerismo con el pecador, sino que Dios es justo y tiene que castigar al pecador. Veamos esto. Recordemos cuando Jesús estaba en el Getsemaní y allí oraba tres veces que no quería tomar aquella copa. ¿Qué estaba dentro de aquella copa?

“Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: PADRE MÍO, SI ES POSIBLE, PASE DE MÍ ESTA COPA; PERO NO SEA COMO YO QUIERO, SINO COMO TÚ… Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: PADRE MÍO, SI NO PUEDE PASAR DE MÍ ESTA COPA SIN QUE YO LA BEBA, HÁGASE TU VOLUNTAD. … y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras.” - Mateo 26:39-44

¿Qué estaba en aquella copa? La ira, el enojo, el odio, el fastidio y la condenación de un Dios justo y santo contra el pecado y el pecador. Y cuando Jesús estaba colgado en la cruz, Él tomó la copa de la ira de Dios que estaba reservada para ti. Jesús no dejo ni una sola gota de la ira de Dios para ti.

Y cuando Jesús tomó aquella copa no dejó ni una gota sin tomar, porque el pagó toda la ira de Dios en tu lugar.

Imagínate una gran represa de agua de mil pies de altura por 1,500 pies de ancho y de un gran espesor. Y ahora imagínate que tu estas en el camino de ese inmenso río detenido y de repente se rompe aquella represa se hace pedazos dejando en libertad toda aquella agua con tan tremenda fuerza que puede arrollar inclusive inmensos edificios y hacerlos añicos, puede inclusive destrozar como papel columnas de acero, y tu estas allí amarrado sin manera de moverte. Después que halla pasado tan incalculable fuerza, no deja ni el polvo tuyo, ni huellas ni rastros. Nada de ti se encuentra. Ahora imagínate que ese gran río es la ira de Dios contra ti. Pero en lugar tuyo, Jesús tomó tu lugar. Ahora entiendes cuando la Biblia dice que Él fue molido por nuestras transgresiones. En otras versiones dice que Él fue hecho polvo.

Ahora imagínate toda una pared fuertísima y ancha de separación entre tu y Dios y una separación eterna y todo porque tu eras hijo de Adán con una naturaleza de pecado, de independencia y soberbia de vivir para si, y en el momento que Jesús pagó el precio de la ira de Dios, ese inmenso muro de separación se derrumbó por completo, y toda la comunión de Dios se encuentra ahora disponible para ti. Toda Su misericordia, toda Su bondad, toda Su verdad, todo Su poder, toda su agua, todo Su Santo Espíritu, todos sus ángeles ahora se encuentran disponibles.

¿Quebrantarías tú a tu propio hijo?
Yo soy padre y el que le haga daño a mi hijo yo no se que haría. Yo creo que cada padre defendería a su propio hijo hasta la misma muerte. Pero aquí me dice la Biblia que fue el Padre quien le hizo daño al Su propio Hijo. El Padre quiso quebrantar a Su Hijo por ti que eres un pervertido pecador. ¿No es eso la mayor demostración de amor de Dios?

¿Cuál debería ser tu respuesta al Padre? ¿Burla? ¿Hipocresía? ¿Indiferencia? ¿Descuido? ¿Justificar y esconder tu pecado? ¿Una doble vida? ¿Continuar amando al pecado por el cual el Padre quebrantó al hijo? ¿Vivir como incrédulo? ¿Deshonrar Su nombre?

¿Cuál debería ser tu respuesta al Padre? ¿Serle grato? ¿Alabarle por siempre? ¿Renunciar a todo aquello que llevo a Cristo a la Cruz? ¿Honrar Su nombre? ¿Servirle con toda tus fuerzas?

Ahora cualquiera puede preguntarse, ¿Cómo puede ser que un hombre sufra unas tres horas y eso sea suficiente para salvar a toda la humanidad de toda una condenación eterna? La respuesta es muy fácil: PORQUE ÉL VALE MUCHO MÁS QUE TODOS NOSOTROS JUNTOS. Jesús tiene incalculable valor. Aunque moría como hombre, no nos olvidemos que valía como Dios. Él era 100% hombre y 100% Dios. Las dos naturalezas en perfecta armonía. Aunque vivió como hombre, obedeció como hombre, se sujetó como hombre, predicó e hizo tantos milagros como un hombre en perfecta obediencia al Padre, pero cuando murió en la cruz lo hizo como hombre pero con el valor infinito de Dios.

“Porque en Él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad.” – Colosenses 2:9

Hay una canción contemporánea, que dice: “Dios ama al hombre más que cualquier otra cosa.” Hay caramba, hombres que lean la Biblia deberían escribir canciones. Aunque suene lindo, esa es otra mentira. Dios ama a Su Hijo sobretodo otra cosa, sobre todo el universo y más valor que todos los hombres. Y Él quiso morir por nosotros y por ello nosotros debemos vivir para Él. Todo fue creado por Él, por medio de Él, y para Él.

Un hombre tan sucio, tan inmoral, tan pecador, tan rebelde, tan malo como yo. Pero Él quiso morir por mí. Él abrió mi entendimiento y movió mi corazón para que yo contemplara la gloria de Jesús y allí me salvó. No tan sólo saldó la deuda de mis pecado, me perdonó, y regeneró mi espíritu muerto, y me puso la justicia perfecta de Jesús a mi cuenta. Un hombre tan cruel y me salvó.

¿Qué es lo que tienes que hacer?
Quizás tu me estas escuchando estas verdades y te dirás que nunca te habían explicado el evangelio de esta manera, y te preguntaras qué es lo que debes de hacer. Esto es lo que debes de hacer:



Debes reconocer tu pecado, reconocer que tienes una naturaleza de continuo mala y contraria a Dios.

Debes recibir el único camino que Dios proveyó a través de Su Hijo, esto es el perdón de pecados

Debes pedir a Dios una nueva naturaleza que agrade a Dios en todo, esta es la naturaleza de Jesús. Esto es la Justificación de vida y se recibe por la fe.

Debes crecer en la salvación que has recibido andando en santidad y obediencia todos los días de tu vida.

Debes vivir para traer gloria y honra a la Persona y Nombre de Jesús en todo lo que hagas.

¿Cuantos de vosotros quieren tener al Hijo? Les mando a que se arrepientan y reciban el Reino del Hijo de Dios. Les mando a que crean en el Hijo y mando que las tinieblas se quiten y les alumbre el rostro de gloria de Jesús.

EVANGELIO LIGHT


“.que tenéis necesidad de leche y no de alimento sólido”Hebreos 5:12

Esta Palabra tiene que haber caído mal a mas de algún hermano de aquella época. Su contenido categórico y directo, es lo que a veces necesitamos para remecer nuestros espíritus apagados y famélicos.
Estamos en un período en que escasea la Palabra de Dios. Es como en los tiempos de Samuel (1 Samuel 3:1). ¿Es que hemos despreciado el alimento sólido para quedarnos por años bebiendo leche?

En la actualidad, la profundidad y contundente Palabra de Dios, que nutre, que fortalece y que forma baluartes de la verdad, ha sido rebajada a un mensaje liviano, lisonjero y tolerante. Es la moda de lo DIET o LIGTH.
Ahora la iglesia “cuida su figura” le importa la opinión de los hombres y del “Cesar”. Es necesario mantener la “Línea”, la cosmética y no apartarse de la moda vanguardista del mundo.
Hoy no es bueno el alimento sólido y nutritivo, lo que importa ahora es algo livianito que no caiga pesado. No conviene hablar mucho del pecado y del juicio porque atenta contra el autoestima. No hablemos del Dios que es fuego consumidor, mejor hablemos de amor, de unidad y endulcemos la labor evangelística; la idea es que la gente no huya....

La mayoría de los sermones de la actualidad solo tienen palabras de ofertas mas que de demanda, y todo, para satisfacer el comezón de oír de aquella multitud que solo desea bendiciones, multiplicación y bienestar. “pare de sufrir” dice por ahí una secta...

Hoy hablar de la venida del Señor con intensidad y denuedo, para algunos es solo parte de una mentalidad escapista. El hablar del juicio de Dios, para otros es solo parte del pesimismo.

No hay duda. La iglesia ha comprometido su mensaje porque más le importa su estética que ser fiel a la palabra de Dios. De ahí que observamos una escasa base doctrinal y pilares decrépitos que al mas mínimo viento de engaño, se derrumba el edificio.

Amados hermanos, es tiempo del evangelio LIGTH y del cutis sensible; ya la mayoría no desea oír palabras agudas, categóricas o incisivas.
Todo es dietético, es liviano y pasado por el cedazo. Los locales de reunión se asemejan a un gimnasio en donde la gente hace ejercicio, se para, se sienta, brinca y aplaude, pero el estudio de la Biblia, viene a ser un plato de legumbres muy pesado para el deportista.

Dios nos ayude a no claudicar en medio de este mar de “dietas” bíblicas que esta formando gente estilizada y de buen parecer, pero eliminando lo nutritivo y necesario para nuestro crecimiento en Cristo.

¿DONDE ESTAN LOS CLASICOS DEL PULPITO?



UNA MIRADA ANALÍTICA EN TIEMPOS DE TIBIA PALABRERÍA
Los tiempos actuales de la iglesia evangélica están revestidos de una cáscara de dulzura, liviandad y tibia palabrería. Nadie quiere ofender al otro, es como si no existiera el mandamiento a “redargüir” (2Timoteo 4,2). Todo debe ser liviano y las palabras lacerantes del Señor Jesús deben permanecer censuradas por ser consideradas como nocivas y atentatorias a la unidad y reconciliación. Palabras como arrepentimiento, infierno, pecado, condenación o hipocresía, han sido estrictamente prohibidas por el clero actual.
Aquellos que se arrogan ser los “ungidos”, personas intocables y autoproclamados como voceros de Dios, han elevado una decidida censura a la Palabra de Dios, mutilando el consejo de Dios, rebajándolo a un simple mensaje social y reconciliador.
Con esta premisa, los clásicos de púlpito están perdidos, no se oyen ni en las calles ni en los medios de comunicación, y solo se encuentra en pequeños grupúsculos y remanentes que más que buscar la aprobación de los hombres, procuran con o sin fuerzas agradar al Señor y guardar su palabra.
Con este pequeño estudio, se pretende analizar a la luz de las escrituras, los tiempos de tibia palabrería que abunda desde los púlpitos.

He aquí, algunas de las palabras que se han perdido y que nadie quiere hablar ni escuchar:

1.“Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” Mateo 4:17
Estas son las primeras campanas del evangelio que sonaron en el ministerio del Señor Jesús. Una palabra imperativa, urgente y molestosa al oído humano. A nadie le agrada que le digan que se tiene que arrepentir.
La palabra “arrepentimiento” significa “Cambiar de manera de pensar”, es decir, dejar de concebir en la mente conforme a la voluntad y razonamiento humano y volverse hacia Dios aceptando sus designios, la santidad de su carácter y la profundidad de su enseñanza. A ningún hombre le gusta que le digan que debe arrepentirse y volverse a Dios. Eso viene a ser como el encendido de un enorme y brillante faro cuya luz penetra en medio de las tinieblas.

Hoy son muy pocos los predicadores que hablan de arrepentimiento en el marco de un carácter imperativo y de extrema urgencia. Hoy el evangelio es solo una voz dulce, melosa, sensual, conmovedora y agradable a los oídos de aquellos que no quieren saber nada de Dios.
La idea no es ofender a nadie y que nadie salga escandalizado de la reunión. ¡Que insulto al Señor! La voz del evangelio nunca ha sido apetecida por el hombre y nunca lo será a menos que el Cirujano Eterno intervenga el corazón de cada individuo para que pueda quedar apto, cual buena tierra, para recibir la preciosa semilla. En vano adornamos la dura Palabra de Dios para pretender neciamente conmover a los oyentes; es más, lo único que podemos lograr con esta técnica humana, es fabricar creyentes que a la más mínima prueba o desilusión cual sea, se vuelven atrás revelando que jamás había conocido al Salvador.

2.“Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” Mateo 5:28
Los fariseos y religiosos de la época acostumbraban a dictar cátedras de moralidad y rectitud. Mostraban sus impecables atuendos, sus demudados rostros luego de largas jornadas de ayuno y devoción y todo acompañado del dulce sonido de sus voces y su parsimonia hipócrita.

Ellos apuntaban con el dedo a los pecadores, deseaban lapidar a la adultera y al borracho sin ninguna muestra de misericordia.

A estos, el Señor Jesús les enrostra la depravación de su propio corazón. Como el mismo Salvador lo enseñó, lo que contamina al hombre no es lo que entra a él, sino lo que sale (Mateo 15:11). Ellos hablaban del adulterio y se jactaban de su “santidad”, pero la palabra lacerante del Señor, les dice que el adultero no solo es el que tiene una relación con una mujer que no sea su esposa, sino que, un adultero es también aquel que mira a una mujer y la desea. Nadie se escapa de esta vara extendida por el Señor Jesucristo.

Hoy se escucha con mucha liviandad, palabras de hombres soberbios que con su copiosa corbata dominguera miran a los pecadores hacia abajo y olvidan sus propia condición. Son tan hipócritas que por un lado se transforman en “caza adulteras”, pero su corazón y sus ojos son una verdadera fábrica de adulterio. ¡Hipócritas!
3. “Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia llamaron Beelzebú ¿cuánto más a los de su casa?” Mateo 10:25
Al señor Jesús lo trataron de demonio. Parece que nadie habla de estas cosas, porque nadie esta dispuesto a ser maltratado, por el contrario, la idea es que todos nos digan que sí, que nos alaben y que nos reconozcan el trabajo.

El evangelio actual, solo parece ser una oferta y no una demanda. Nadie parece recordar que ser cristiano significa ser vituperado, marginado o catalogado de separatista, antisocial, fome, retrógrado y amargado. El apóstol Pablo les enseñaba a los Filipenses
“Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él” Filipenses 1:29
Una de las situaciones mas frecuentes en los creyentes actuales, es aquella que revela el famélico estado espiritual producto de una deficiente formación doctrinal.

Las iglesias actuales mas que centros de entrenamiento para capacitar a los creyentes como aguerridos soldados, son verdaderos centros de entretenimientos y espectáculo; mucha música, baile, gritos y frenesí, de ahí la gran cantidad de participantes inconversos que ni siquiera de imaginan ser víctimas de vituperio por causa del evangelio. Al primer conflicto, se derriten como si fueran muñecos de cera
4. “No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada… No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada.” Mateo 10: 34-39
Toda la humanidad habla de la paz. Hay congresos que analizan los planes y los avances para preservar la paz, existen premios a aquellos que de alguna manera han o están aportando a la paz, sin embargo, parece ser una sensible paloma que al momento de alcanzarla, se escapa y se resbala de las manos. La paz es algo que todo ser humano anhela, pero que paradójicamente nadie esta capacitado para establecerla. La causa es, la enemistad que el hombre mantiene con Dios. La relación está rota por causa del pecado y el único que puede remediar esta situación, es el Señor Jesucristo.
Las últimas palabras, vienen a ser a los oídos del hombre incrédulo, como el detonante para hacer explotar una inmensa bomba que crea un cisma insoslayable entre creyentes e inconversos.
Solo basta con hablar de Cristo para comenzar a experimentar las palabras lacerantes del Señor Jesús “No penséis que he venido para traer paz…” Las palabras de la cruz son locura para los que se pierden, son una ofensa a la ilustrada mente del ser humano ufano y altivo que no quiere ni esta dispuesto a rendirse ante su creador.
Pero ¿quién habla de esto hoy? Hoy la tibieza de los lisonjeros predicadores actuales, solo elabora sermones diplomáticos tanto así que la idea es lograr la unidad de todos los credos, de los degenerados, de los estafadores empresarios, etc., etc. Es probable que alguien que lea estos descarnados párrafos, rasgue sus vestidos, se encolerice y comience a difamar este sitio con palabras sin fundamento y solo basadas en una ciega defensa de sus pastores corruptos y privados de la verdad.

Pero creemos que muchos han de llegar a la luz con esta lectura, descubriendo los clásicos de púlpito que han permanecido suprimidos y censurados por mucho tiempo por aquellos clérigos hipócritas y sinvergüenzas
5. “Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! porque así hacían sus padres con los falsos profetas” Lucas 6:26
La advertencia del Señor es tan diametralmente opuesta a la nuestra, que nunca nos deja de sorprendernos.
Todos quisiéramos ser reconocidos y estar en la boca de todos por nuestra capacidad altruista y ejemplar.

Así como las repetidas homilías de los cardenales y obispos al momento de arengar ante las exequias de algún extinto político o persona famosa. Todos son buenos, todos son ejemplares y ojala todos supieran imitar las pisadas del difunto, son los ingredientes de los discursos de despedidas protocolares de fallecidos personeros públicos.

En el ámbito evangélico la situación no es distinta. El clero que gobierna la cristiandad actual, lejos de toda humildad y privados de la verdad de las sagradas escrituras, aún con años de estudio, hace constantes esfuerzos por no quedar mal con nadie e infla su pecho cuando algún político oportunista le reconoce su labor y trayectoria. Pero ¿de que estamos hablando? Acaso ¿nos interesa de que todos los hombres hablen bien de nosotros? Jesús nos dice todo lo contrario por que el que da un fiel testimonio de Cristo, jamás ha de ser reconocido, es más será calumniado y criticado.

Nuestro bendito Cristo murió en la cruz del Gólgota como un incompetente perdedor para el mundo impío. Todos se burlaban de él y meneaban su cabeza diciendo toda clase de improperios. No obstante, el venció en la Cruz ¡Aleluya! ¿Como podríamos olvidar el testimonio de nuestro Señor Jesucristo y traicionarlo cual vil Judas, prefiriendo el piropo de los hombres y menospreciando el vituperio de Cristo?
“Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo” Gálatas 1:10
6. No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” Mateo 7:21-23
Esta es una de las palabras más solemnes que se registran en la constante del discurso del Señor Jesucristo. Muchos hablan del Señor y presentan sus religiones como fieles servidoras del él, sin embargo, estos serán evaluados conforme a la infalible Palabra de Dios. Nadie con el solo decir “señor” será garante de ser portador de la verdad, y aún más, aunque se muestren obras, supuestas profecías, liberaciones o milagros, es la credencial de un verdadero hijo de Dios.
En la actualidad, una gran mayoría de evangélicos avalan y sostienen que las credenciales de una iglesia verdadera, son las señales y prodigios que de alguna manera son manifestados en medio de sus cultos. La advertencia del Señor reviste una extremada solemnidad: “Nunca os conocí”. Es menester tener la convicción de que somos conocidos por él, en lugar de arrogarse ser conocedores del Señor.
En la actualidad existe una gran cantidad de milagreros, profetas y exorcistas que acarrean multitudes anhelantes de sesiones espectaculares e impresionantes. Iglesias que reúnen a miles de miembros en torno a espectáculos y no en torno al estudio de la Palabra de Dios. En la actualidad, la Biblia es solo el pretexto que le da un betún evangélico a la reunión, porque al final para ellos, la “mucha letra mata”.
7. “En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó” Mateo 11:25-26
Este texto me hace pensar respecto a la reacción que puede haber causado en la gente “sabia y entendida” de la época. Ese grupo de personas altivas que creen saber todas las cosas y que miran a los demás a través del hombro, no resiste que alguien les enseñe ni menos que se les diga que están equivocados.
Las fuertes palabras de Jesús, jamás dejaron de producir efectos. La revelación de Dios se dispensa soberanamente y en esa decisión se han excluido los “sabios” de este siglo. ¿Quién podría hablar de estas palabras desde el púlpito si ahora lo único que se busca es que la gente no se vaya y que nadie se sienta ofendido? Nadie quiere pagar el precio de la verdad y todos buscan la aprobación a cualquier precio.
El sermón debe ser mesurado y con una tijera mágica se debe cortar todos los textos en donde aparece el Jesús demandante, el Jesús lacerante y crudo, cuya palabra es como martillo que quebranta la piedra y como espada que penetra hasta partir el alma. Son los tiempos de la miel y de la levadura muy apetecida por las mayorías.

jueves, 14 de abril de 2011

LA APOSTASIA

El terrible pecado de la Apostasía - primera parte from Julio Benitez on Vimeo.





Hebreos 10:26-27 "Porque si pecáremos voluntariamente, después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios".


“Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía,
y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta
contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de
Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.” (2 Te. 2:3-4)

La Apostasía

Apostasía… ¿De qué se trata esta palabra? ¿Es un término nuevo? ¿Qué importancia tiene para el cristiano conocer su significado? Trataremos, a la luz siempre veraz de la Palabra del Señor, de comprender lo que se esconde tras este concepto.

Significado: ¿Qué es Apostasía?

La palabra “apostasía” proviene del griego a través de dos términos: ano (apo), que significa “fuera de”, y araaig (stasis), que quiere decir “colocarse”. Entonces, literalmente el término denota la idea de apartarse o excluirse de algo en lo que se estuvo involucrado alguna vez.

En términos escriturales, la apostasía es el abandono de la fe en Jesucristo. En términos prácticos, el apóstata reniega contra la doctrina fundamental que ha recibido: el creer en Jesús y su sacrificio vicario1, perfecto y suficiente. Tal abandono de la fe implica no sólo desconocer a Cristo, sino que a través de esto, desconocer sus enseñanzas, mandamientos y consejos, es decir, ir en contra de la Palabra de Dios.

En un sentido netamente religioso, se considera apostasía el abandono de una doctrina religiosa en particular, generalmente para seguir una enseñanza contraria. A modo de dato, la iglesia católica establece un procedimiento denominado “apostasía”, por medio del cual una persona bautizada por esa religión puede decidir libremente renunciar a la fe católica; este procedimiento consiste básicamente en la presentación de la documentación de renuncia y la aceptación por parte de la iglesia católica (más información en www.apostasia.es).

Por lo general el cristiano, cuando escucha la palabra “apostasía”, tiende a asociarlo con “falta de fe”, pero este un concepto a lo menos incompleto, ya que apostatar implica un vuelco o regreso en aquellos hombres (y mujeres) que alguna vez han recibido el conocimiento, pero no lo han creído y han tomado caminos contrarios a la enseñanza de la Palabra del Señor.

Por otra parte, dentro de nuestro círculo de creyentes podemos percibir que estamos “inmunizados” contra la entrada de falsas doctrinas apóstatas, al recibir de nuestros enseñadores la sana doctrina revelada en las Escrituras; sin embargo, las mismas Escrituras nos advierten que algunos prestarán sus oídos a las fábulas, extraviándose de la fe. De hecho, la Iglesia en nuestros tiempos está inmersa en una corriente apóstata y muchos están cayendo.

1 vicario: Que tiene las veces, poder y facultades de otra persona o la sustituye (RAE). El sacrificio vicario constituye los padecimientos y muerte que Cristo sufrió tomando el lugar que nos correspondía a nosotros, para librarnos del yugo de la esclavitud del pecado, y darnos vida eterna.

Causas de la Apostasía

¿Por qué existe apostasía? Las Escrituras nos señalan que la apostasía puede atribuirse a diferentes motivos, cada uno de los cuales origina diversas manifestaciones apóstatas. Entre ellos se encuentran:

Incredulidad

“Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad” (He. 3:19).

“Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad

para apartarse del Dios vivo” (He. 3:12).

En varias ocasiones el pueblo de Israel cayó en apostasía, al no creer en los caminos del

Señor (He. 3:10) ni en las promesas de reposo (He. 3:11). Claramente el Espíritu Santo

manifiesta que el motivo por el cual esa generación no entró en el reposo fue la falta de fe;

por esta razón, el autor inspirado exhorta a no prestar nuestro corazón a la incredulidad, la

cual lleva a apartarse del Señor.

Influencias de espíritus engañadores

“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;” (1 Ti. 4:1)

Falsos maestros

“Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos.” (Hch. 20:29-30)

“Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación. Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco.” (Ap. 2:14-15)

Deseos humanos (sensualidad)

“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.” (2 Ti. 4:3-4)

Amor al mundo

“…porque Demas me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido a Tesalónica.” (2 Ti. 4:10)

Corazones endurecidos

“¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros. ¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, de quien vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores;” (Hch. 7:51-52) “Ve a este pueblo, y diles: De oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis; porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyeron pesadamente, y sus ojos han cerrado, para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan de corazón, y se conviertan, y yo los sane.” (Hch 28:26-27)

Persecución

“Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán.” (Mt. 24:9-10)

El cristiano debe asumir que será perseguido (Mt. 5:10), pero la incredulidad hace que pueda perder la paciencia. Luego, la impaciencia deriva en no hacer la voluntad de Dios, su Palabra, cayendo en apostasía. Por esta razón el Espíritu nos alienta a tener paciencia y, con ello, mantener nuestra fe (He. 10:32-39).

Tiempos de prueba

“Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan.” (Lc. 8:13)

Algunos ejemplos de apostasía bíblica

Algunas manifestaciones de la apostasía de Israel pueden encontrarse en el episodio del becerro de oro adorado en el desierto (Ex. 32:1-35), la adoración a otros dioses tras la muerte de Josué (Jue. 2:10-12) y durante los mandatos de algunos reyes (ej. 1 R. 16:30-33; 2 Cr. 24:17-19).

Asimismo, en tiempos de Jesús algunos discípulos se arrepintieron del camino que habían iniciado junto al Maestro, mostrando aquí un principio maravilloso acerca de la incapacidad humana para influir en la elección divina: “Y dijo (Jesús): Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre.” (Jn. 6:65). “Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él.” (Jn. 6:66) (Ojo: 6:66).

En la iglesia primitiva también encontramos varios ejemplos concretos de apostasía: Himeneo y Alejandro (1 Ti. 1:19-20); Himeneo (nuevamente) y Fileto (2 Ti. 2:17-18); ciertos maestros falsos (2 Pe. 2:20-21).

La apostasía como señal

Jesucristo mismo señala la apostasía como señal de los últimos tiempos: “Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán.” (Mt. 24:3-5).

El apóstol Pablo también la señala como condición especial del tiempo postrero: “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; …” (1 Ti 4:1).

“Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, …” (2 Ts. 2:3). “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.” (2 Ti. 3:1-5).

Ahora bien, si la apostasía existe desde los tiempos de Israel en el desierto, ¿por qué constituye señal de los últimos tiempos? La palabra clave aquí es Muchos: “…vendrán muchos en mi nombre…”; “…a muchos engañarán”. Esto es lo que se denomina la apostasía severa, que no es otra cosa que un rechazo cada vez más acentuado hacia la verdad; mientras mayor apostasía se manifiesta, más cerca se encuentra la venida del Señor.

La apostasía en tiempos de la Iglesia actual

Pablo nos señala que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos, caracterizados por la aparición de estos apóstatas. 2 Ti. 3 nos señala las características de estos hombres, y sin lugar a dudas que podemos ver muchos de estos comportamientos en nuestros tiempos, aún dentro de nuestro círculo cercano.

Este mismo pasaje nos habla de las características de los apóstatas en nuestros tiempos; algunas de ellas son:

• Amadores de sí mismos: Estos hombre son ególatras, para ellos lo más importante son ellos mismos, no Dios.• Avaros: El amor al dinero en ellos en fuerte, pueden tener mucho, pero no se conforman y quieren más y más.• Vanagloriosos: Buscan el reconocimiento, son “los mejores”.• Soberbios: No bajan de sus pedestales de egolatría, orgullosos; aunque las circunstancias les puedan ser contrarias, siguen en sus altares de soberbia.• Implacables, crueles, aborrecedores de lo bueno: Su perfil se ajusta a hombres exitosos intelectualmente hablando, que han alcanzado conocimientos humanos importantes, los que le han llevado a pensar en la autosuficiencia del ser humano. Consideran que la fe no sirve, que no necesitan de Dios.

El mundo está lleno de estos hombres; la sociedad actual está basada en el humanismo, en la suficiencia del hombre en todo ámbito. Con preocupación podemos observar el avance de estos pensamientos; en los colegios y universidades se enseñan pensamientos humanos que excluyen completamente la deidad de Dios: evolución, agnosticismo, big bang, falsas doctrinas orientales, etc.. Y en el ambiente cristiano cada vez con más fuerza se manifiestan este tipo de pensamientos, existiendo hombres estudiosos de la Palabra que se llenan de conocimiento pero no de fe, o sea, saben la Palabra pero no la creen. Tratan de entender y explicar a un Dios infinito con una mente humana finita. ¿Será esto posible?

Como dice el poeta: “No lo puedo entender, pero Él me ama; no lo comprendo, pero Él me cubrirá…”.

Prestemos atención a lo siguiente, lo cual es muy común en nuestros tiempos: “…y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas.” (2 Pe. 2:3). ¿Le suena familiar esta situación? Si no le parece cercana, no falta mucho tiempo para que lo sea. Uno de los principales incentivos para estos apóstatas es el bienestar económico que pueden obtener de sus engaños. La Palabra habla de que estos hombres descubren nuevos “mercados” de los cuales pueden extraer jugosos dividendos. Descubren que los cristianos son una excelente fuente de ingresos, ya que muchos pueden comprar música, libros, asistir a prédicas con derecho de admisión ($). Vemos la existencia de empresas “cristianas” que se dedican sólo a sacar el dinero de los cristianos.

Con tristeza podemos ver la apostasía manifiesta en la humanidad, a través de la exclusión de los principios de Dios de la vida del hombre. Cada vez es más común ver que “ya no se usa” el matrimonio, que la convivencia es lo mejor. El aborto ya es una práctica común que necesita sólo la voluntad humana para llevarse a cabo. Homosexualidad ya es una palabra común y normal, y el que no acepta sus prácticas ya puede ser condenado por la justicia humana. Pornografía, pedofilia, y así podemos ver manifiestas muchas prácticas reñidas con la voluntad de Dios. “Si fueren destruidos los fundamentos, ¿qué ha de hacer el justo?” (Sal. 11:3).

Dentro de algunas iglesias también podemos ver las manifestaciones de la apostasía. Vemos que el mensaje de la Palabra del Señor ha perdido importancia ante la música y los cantos; que las manifestaciones del Espíritu han sido desplazadas por la sensualidad y las emociones; que el “cristiano” no se compromete con Cristo, asiste al templo a “calentar banca” y cuando sale de él sigue su vida mundana de siempre.

Por misericordia, podemos hacer nuestros los consejos que el apóstol señala a Timoteo: “Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” (2 Ti. 3 14-17)

Nuevamente las Escrituras son señaladas como nuestra defensa, en las cuales debemos permanecer, persistir, aprender e instruir para estar preparados ante los ataques apóstatas. “Acuérdate de Jesucristo, del linaje de David, resucitado de los muertos conforme a mi evangelio, …” (2 Ti. 2:8). Aunque todo parezca ir en contra, aunque la apostasía se manifieste con mayor fuerza, aunque parezca que estamos solos, ¡acordémonos de Cristo!

FALSOS MAESTROS

Otra señal de los últimos tiempos es la aparición de falsos “hombres de Dios” que buscan hacer caer al cristiano en apostasía, como lo señala Pedro: “Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina.” (2 Pe. 2:1). Nótese que originalmente comparten la misma doctrina cristiana, pero en algún momento se desvían y arrastran. Estos hombres cumplen una función dual: son ellos mismos apóstatas y buscan hacer caer a los hermanos en apostasía.

¿Cómo reconocerlos?

Judas también señala la aparición de estos hombres, llamándoles burladores, sensuales2 y
causantes de divisiones, “…que no tienen al Espíritu” (Jud. 1:17-19). Asimismo, Judas
ofrece una precisa caracterización de estos falsos maestros, útil para reconocerlos; estos
apóstatas son:

• Impíos (v.4)• Moralmente pervertidos (v.4)• Niegan a Cristo (v.4)• Contaminan la carne (v.8)• Rebeldes (v.8)• Maldicen a los ángeles santos (v.8)• Soñadores (v.10)• Ignorantes (v.10)• Corrompidos (v.10)• Murmuradores (v.16)• Buscan faltas (v.16)• Buscan intereses personales (v.16)• Hablan arrogantemente (v.16)• Lisonjeros (v.16)• Burladores (v.18)• Causan división (v.19)• Piensan en términos mundanos (v.19)• Sin el Espíritu (v.19)

La ley de Moisés también señala un mecanismo de reconocimiento de estos hombres, y asimismo el propósito de Dios al permitir estas manifestaciones: “Cuando se levantare en medio de ti profeta, o soñador de sueños, y te anunciare señal o prodigios, y si se cumpliere la señal o prodigio que él te anunció, diciendo: Vamos en pos de dioses ajenos, que no conociste, y sirvámosles; no darás oído a las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños; porque Jehová vuestro Dios os está probando, para saber si amáis a Jehová vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma.” (Dt. 13:1-3).

2 sensual: Perteneciente o relativo a las sensaciones de los sentidos (RAE). A los falsos maestros apóstatas se les asigna este adjetivo porque se dejan llevar por sus pensamientos gobernados por las sensaciones y sentimientos humanos.

Jesucristo mismo nos señala la forma de reconocer a estos “lobos con pieles de ovejas”: “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?” (Mt. 7:15-16). Los frutos son la manera de reconocer si un ministerio es del Espíritu o no.

Falsas doctrinas y falsos maestros: ¿Qué hacer ante ellos?

El apóstol inspirado divinamente nos señala que no debemos quedarnos de brazos cruzados, sino enfrentar y contender: “Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo.” (Jud. 1:3-4). ¿Seremos capaces de ejecutar esta instrucción? La forma eficaz de contender ardientemente es utilizando el respaldo del Espíritu Santo a través de las Escrituras; por esta razón es tan importante estar apercibido de lo que nos dice el Señor a través de ellas. Esto hace que servicios como la Escuela Dominical adquieran vital importancia, pues es allí donde aprendemos con mayor detención a utilizar la “espada del Espíritu, que es la palabra de Dios” (Ef. 6:17).

Falsos profetas en la gran tribulación

El período posterior al arrebatamiento acentúa el accionar de estos burladores: “Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.” (Mt. 24:11-12). Para cuando esto suceda, por misericordia nosotros estaremos en las Bodas del Cordero, mientras para los que queden viviendo la Gran Tribulación, también hay advertencia: “Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis. Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos.” (Mt. 24:23-24).