viernes, 22 de enero de 2010

¿INVITA A JESUS EN TU CORAZON? REGENERACION POR DECISION







La Regeneración por Decisión


Los evangélicos en su gran mayoría ha criticado la regeneración bautismal sostenida por el mundo católico, pero no se dan cuenta de que en su teología han admitido una herejía de igual calibre: la regeneración por decisión. Veamos en qué consiste:


Todos los que hemos asistido a una iglesia evangélica hemos visto la extendida práctica conforme a la cual el Pastor desde el púlpito llama a "tomar una decisión por Cristo", invitando a "repetir una sencilla oración". Veamos un ejemplo de esta oración:


"Señor Jesucristo: Gracias porque me amas y entiendo que te necesito. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Señor y Salvador. Ocupa el trono de mi vida. Hazme la persona que Tú quieres que sea. Gracias por perdonar mis pecados. Gracias por haber entrado en mi vida y por escuchar mi oración según tu promesa" (tomada de este sitio).


Ejemplos de esta oración hay muchos, pero este grafica perfectamente lo que se pretende exponer. La forma puede variar, pero suele haber ciertos patrones generales.


Luego de que la persona ha repetido esta oración, se le asegura: "si fuiste sincero, bienvenido a la familia de Dios, eres salvo". A partir de ese momento se le comienza a llamar "hermano". Luego de unos breves minutos de consejería (en el mejor de los casos) se le deja ir. La inmensa mayoría de las personas que repitieron la oración nunca vuelve a la iglesia, y aún un alto porcentaje de los pocos que vuelven nunca experimentan una transformación en su vida, y siguen viviendo en pecado.


James Adams, en su libro "La regeneración decisoria", nos da un triste ejemplo de lo anterior:


"Un investigador cristiano encuestó en 2003 a una muestra de 'cristianos nacidos de nuevo' (definidos como aquellos que afirman tener una relación personal con Cristo y esperan llegar al cielo porque han aceptado a Jesús). The Wall Street Journal publicó los siguientes resultados:


El 26% de las personas que se consideran nacidas de nuevo opinan que todas las religiones son esencialmente iguales, el 50% cree que una vida de buenas obras puede conducir a una persona al Cielo, el 45% no cree en la existencia de Satanás, solo el 35% cree que Jesús resucitara (sic) físicamente de entre los muertos (a pesar de Romanos 10:9), el 52% no cree que el Espíritu Santo sea una entidad viva, el 33% acepta los matrimonios del mismo sexo, y el 39% considera moralmente aceptable que las parejas convivan juntas antes del matrimonio" (James Adams, La regeneración decisoria, Capítulo 3, Ed. Peregrino, 1° edición, 2005, USA, p. 34).


Esto no es más que el reflejo de un terrible error que está produciendo tantos o más falsos convertidos que en el mundo católico con los bautismos. Ante esto se dice "son salvos, pero les falta discipulado", o "son salvos, pero deben congregarse". ¿Por qué se insiste tanto en que son salvos? Porque hicieron la oración. En eso descansa su confianza. Tal como en el caso del bautismo, la salvación se reduce a la celebración de un rito, que en este caso es repetir la oración.


El problema es que para mantenerlos en la iglesia se debe recurrir a métodos mundanos para captar su atención y así impedir que dejen las bancas vacías. Es así como surge la exagerada importancia que se atribuye a la música y al entretenimiento en las congregaciones actuales, las obras de teatro, los café concert, las olimpiadas, y un sinfín de artilugios de humana sabiduría para "atraer" a la gente. Y así se va desaguando la doctrina hasta terminar en lo que hoy escuchamos desde el púlpito, un evangelio diluído y sin poder.


De esta forma, tal como en la regeneración bautismal, podemos encontrar los puntos críticos de la regeneración por decisión:


1.- Omite referencia a la obra regeneradora y sobrenatural del Espíritu Santo, reduciendo la salvación a "repetir la oración con sinceridad". La salvación se vuelve un rito, la mera repetición de una forma.


2.- La seguridad de la salvación no está en la obra santificadora del Espíritu, sino en la sinceridad con que se hizo la oración.


3.- Da la falsa idea de que el arrepentimiento es algo que se hace una vez en la vida, y para justificar la salvación mira hacia el pasado, al momento en que se hizo la oración, en vez de mirar al presente, al crecimiento en santidad a través de la obra del Espíritu. Algunos incluso recuerdan celosamente la fecha y la hora en que repitieron la oración y "fueron salvos".


4.- Centra la salvación en el hombre y su voluntad (su "decisión"), en vez de centrarse en Dios y su obra soberana en el corazón del hombre.


5.- Se basa en la malinterpretación de versículos bíblicos. El versículo más comúnmente malinterpretado es Ap. 3:20 "Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo". Lo cierto es que este versículo en su contexto no está dirigido a incrédulos, sino a la iglesia, por lo que su utilización en evangelismo es abiertamente incorrecta.


6.- Muestra a un Cristo mendigo y humillado que anda golpeando de puerta en puerta antes que a un Cristo sentado en su trono, glorificado esperando a que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies (He. 10:13).


7.-Tiene como consecuencia el surgimiento de un evangelio diluído y humanista, para mantener a los falsos convertidos fijos en las bancas de la iglesia.
8.- Promueve la introducción de la psicología a la doctrina, convirtiéndose en una fuente de conocimientos y recursos para "motivar" decisiones por Cristo.


9.- Cambia el mandato bíblico de arrepentirse y creer en el evangelio por una simple invitación a "recibir a Cristo".


10.- No tiene raíz en el cristianismo histórico. Antes del s. XX nunca se evangelizó de esta forma; es decir, la iglesia primitiva y los reformadores no conocieron esta oración.


Así podríamos seguir y seguir enumerando la desgracia de esta herejía destructora que tanto daño ya ha causado en el mundo cristiano, y que si no se detiene puede seguir demostrando su poderío corrosivo. Es importante que nos demos cuenta de que esta doctrina es tan errónea como la regeneración bautismal, y que en la práctica tiene los mismos efectos.


Tan extendida está que hoy muchos consideran que la iglesia que no realiza este rito no evangeliza, o que una prédica no está completa si al final no se hace un llamado a "recibir a Cristo".


Corresponderá a cada lector seguir indagando y profundizando sobre este tema, por mi parte ruego a Dios que nos conceda discernimiento y nos libre del falso evangelio que conduce a la destrucción.


¡MIRAD QUE NADIE OS ENGAÑE!

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